GERARDO MENDOZA // LA OBRA SUPERA LA REALIDAD

Puede estar sonando un tema de Hermanos Gutierrez, el acompañamiento de mis perras rescatadas cerca, la hoja de papel de algodón en blanco me parece una carilla de papel donde escribir (describir) momentos de una historia; en eso se traduce muchas veces la acuarela para mí, una ventana para asomarse, visualizar y conectar con circunstancias concretas en las cuales hay contenidas implícitas emociones, sentimientos, sentidos que van a definir situaciones de vida.

K2 // Gerardo Mendoza©

Si tuviera que hablar de mis pinturas, esta es una de las dimensiones que caracterizan más a mis acuarelas. Se fue dando naturalmente en los dos años que pinto.

La composición forma parte de una especie de meta-relato imaginario que trasciende a la obra misma y que va a quedar a criterio del observador, un devenir imaginario abierto a la interpretación.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice mi compatriota Alvaro Castagnet, que la obra debe superar a la realidad misma. Habla de “ganarle a la realidad”, no ilustrarla, sino trascenderla creativamente como forma de enriquecimiento estético expresivo, un margen de libertad que posibilite otra visión.

Intento definir sentidos que trasciendan la anécdota plástica de la obra misma como una forma de enriquecimiento, potenciar una dimensión que agregue, sume e integre una complejidad mayor a la obra.

El disparador para la creación puede ser muy amplio. Puede ser una imagen de la realidad que me impacte, una vivencia personal, un tema musical que me conecte emocionalmente con aspectos concretos de una realidad presente o de una realidad pasada (la nostalgia por lo ya acontecido, por lo irreversible del tiempo, por lo perdido, etc.).

Considero que actualmente la acuarela conforma un espacio de resistencia estética frente al devenir de las nuevas tecnologías, la utilización de inteligencia artificial en la generación de contenidos visuales.

Derrotero de vida // Gerardo Mendoza©

Considero que la acuarela contiene y representa la riqueza incomparable de lo analógico, de lo aleatorio; posee una dimensión artesanal intrínseca que hace que cada composición sea única. Una mancha de acuarela es muy diferente de otra; depende de muchos factores casuales y circunstanciales.

La transparencia y la intensidad van a ser únicos; todo eso hace que una obra de acuarela esté definida por características muy singulares, que van a ser propias solo de esa composición y que la hacen única, irrepetible.

Plásticamente, intento desarrollar un equilibrio complementario entre la mancha (lo aleatorio) y la definición de formas (el trazo). Busco integrar estas dos dimensiones compositivas en una estabilidad narrativa, explicitar elementos plásticos desde la insinuación de formas, elaborar una acuarela “suelta”, definida por lo espontáneo, incorporar la incidencia de los aspectos circunstanciales en el proceso creativo.

Contacto del artista

gerardomendoza23aa@gmail.com

Ramón Jiménez Lobo